MOTOR
Las distracciones al volante causan 1 de cada 3 muertes en carretera
Los datos de la DGT de septiembre revelan que las distracciones siguen siendo el principal factor de siniestralidad mortal, con el móvil como protagonista.
La carretera se cobró la vida de 114 personas en septiembre, 13 más que en el mismo mes del año anterior. Este repunte de la siniestralidad coincide con un aumento de la movilidad, que alcanzó los 40,7 millones de desplazamientos de largo recorrido. En este escenario, las distracciones se consolidan como la primera causa de muerte al volante: están detrás del 30% de los accidentes mortales y del 18% del total de siniestros.
Los conductores distraídos no solo pierden capacidad de reacción, sino que también tienden a realizar movimientos bruscos y dejan de percibir información crucial del entorno. Entre las fuentes de distracción, destaca el uso del teléfono móvil para llamadas, mensajes o notificaciones, una práctica reconocida por uno de cada cuatro conductores. La hiperconectividad actual, que obliga a gestionar desde el trabajo hasta los asuntos domésticos a través del smartphone, choca frontalmente con la seguridad vial.
Frente a este desafío, la tecnología se postula como una aliada para reducir riesgos. “La tecnología debe simplificar nuestra vida, no convertirse en una fuente de peligro”, afirma José González Osma, director general de ADT. Bajo esta premisa, compañías como ADT han desarrollado integraciones que permiten controlar el sistema de alarma del hogar directamente desde la pantalla del vehículo, mediante Apple CarPlay y Android Auto, sin tocar el móvil.
Esta solución permite activar o desactivar la alarma con escenas preconfiguradas —como "En Casa" o "Ausente"—, recibir alertas importantes e incluso controlar dispositivos domésticos como las luces. El objetivo es claro: eliminar interferencias durante la conducción y aportar tranquilidad. “Buscamos que los usuarios gestionen su seguridad sin distracciones, manteniendo la atención en la carretera”, concluye González Osma.
La digitalización no tiene por qué estar reñida con la seguridad vial. Soluciones intuitivas y diseñadas para entornos conectados pueden marcar la diferencia en un panorama donde la desconexión al volante es, más que nunca, una cuestión de vida o muerte.
La carretera se cobró la vida de 114 personas en septiembre, 13 más que en el mismo mes del año anterior. Este repunte de la siniestralidad coincide con un aumento de la movilidad, que alcanzó los 40,7 millones de desplazamientos de largo recorrido. En este escenario, las distracciones se consolidan como la primera causa de muerte al volante: están detrás del 30% de los accidentes mortales y del 18% del total de siniestros.
Los conductores distraídos no solo pierden capacidad de reacción, sino que también tienden a realizar movimientos bruscos y dejan de percibir información crucial del entorno. Entre las fuentes de distracción, destaca el uso del teléfono móvil para llamadas, mensajes o notificaciones, una práctica reconocida por uno de cada cuatro conductores. La hiperconectividad actual, que obliga a gestionar desde el trabajo hasta los asuntos domésticos a través del smartphone, choca frontalmente con la seguridad vial.
Frente a este desafío, la tecnología se postula como una aliada para reducir riesgos. “La tecnología debe simplificar nuestra vida, no convertirse en una fuente de peligro”, afirma José González Osma, director general de ADT. Bajo esta premisa, compañías como ADT han desarrollado integraciones que permiten controlar el sistema de alarma del hogar directamente desde la pantalla del vehículo, mediante Apple CarPlay y Android Auto, sin tocar el móvil.
Esta solución permite activar o desactivar la alarma con escenas preconfiguradas —como "En Casa" o "Ausente"—, recibir alertas importantes e incluso controlar dispositivos domésticos como las luces. El objetivo es claro: eliminar interferencias durante la conducción y aportar tranquilidad. “Buscamos que los usuarios gestionen su seguridad sin distracciones, manteniendo la atención en la carretera”, concluye González Osma.
La digitalización no tiene por qué estar reñida con la seguridad vial. Soluciones intuitivas y diseñadas para entornos conectados pueden marcar la diferencia en un panorama donde la desconexión al volante es, más que nunca, una cuestión de vida o muerte.
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