Una peligrosa reliquia del pasado bélico de España emergió esta semana de entre los escombros de un incendio doméstico en el municipio de Cambados. Los bomberos, que acudieron a sofocar las llamas en una vivienda, se encontraron con un hallazgo que transformó una intervención rutinaria en una operación de alto riesgo: un artefacto explosivo de la Guerra Civil.

El dispositivo, identificado por los especialistas como una granada de mortero de 120 mm, fue localizado entre los restos calcinados de la vivienda. Su considerable tamaño —671 milímetros de longitud— y su potente carga de casi 4 kilogramos de TNT lo convertían en un objeto de extrema peligrosidad, capaz de causar una catástrofe de haber detonado.

Ante la gravedad del descubrimiento, se dio aviso inmediato al Tedax de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra. Los técnicos en desactivación de explosivos se desplazaron con celeridad al lugar para evaluar la situación. Confirmaron el alto riesgo que suponía la manipulación del proyectil, que había sobrevivido décadas oculto pero conservaba su capacidad letal.

La operación culminó con la retirada controlada del artefacto a un lugar seguro, donde los expertos procedieron a su destrucción controlada, eliminando así la amenaza latente sobre la población. Este incidente sirve como un recordatorio de que el subsuelo y las estructuras antiguas aún guardan peligrosos vestigios de la contienda fratricida.

Las autoridades recuerdan a la ciudadanía la protocolo de seguridad fundamental ante este tipo de hallazgos: no tocar ni manipular bajo ningún concepto el objeto y contactar de inmediato con la Guardia Civil a través del teléfono 062. La intervención profesional es la única garantía para neutralizar un peligro de semejante magnitud.