El Grupo Municipal del Partido Popular en el concello de Tui se reconfigura esta semana con la entrada de Jorge Lima Durán, quien ocupará el acta de concejal que hasta ahora ostentaba Pilar Gregores. Sin embargo, este relevo institucional de rutina dista de ser una transición tranquila, ya que se produce en medio de dos narrativas diametralmente opuestas sobre las razones que llevaron a la salida de la edil, destapando una crisis interna en la oposición tudense.

La versión oficial, defendida por el portavoz municipal y presidente local del PP, Nico Montes, retrata la salida de Gregores como una decisión consensuada y positiva para el proyecto. Montes explicó que la concejala “decidió ceder su acta para facilitar la renovación del grupo, puesto que tenemos distintas maneras de afrontar el trabajo político”. En declaraciones a los medios, el líder popular enfatizó que se trataba de algo “respetable que enriquece y engrandece al PP de Tui”, expresando su confianza en que con la inmediata incorporación de Lima se mantenga “un grupo municipal fuerte, con seis concejales —los mismos que tiene el gobierno local—”.

Por contra, la versión de la propia Pilar Gregores desmonta esta narrativa de mutuo acuerdo y apunta a un ambiente de tensión y marginación dentro de la formación. En un comunicado contundente, la ahora concejala no adscrita justificó su marcha denunciando un año de “illamento e exclusión dentro do grupo”, una situación que, según su relato, le imposibilitó ejercer sus funciones con normalidad. Gregores cargó directamente contra la gestión de Montes, afirmando que “non se pode construír un proxecto sólido nin avanzar cando a desgana e a falta de compromiso son la práctica habitual”.

Este enfrentamiento de versiones deja al descubierto las grietas en el principal partido de la oposición en Tui. Mientras la dirección intenta proyectar una imagen de unidad y fortalecimiento con la entrada de Jorge Lima, las acusaciones públicas de Gregores esbozan un escenario de descohesión y críticas a la liderazgo interno. La concejala aseguró que mantendrá su “compromiso intacto” con los vecinos, aunque fuera del grupo municipal, planteando una nueva incógnita sobre la reconfiguración de los equilibrios de fuerza en el pleno y la capacidad de control del PP sobre el gobierno local.