Bajo el sol egipcio que durante milenios ha iluminado las pirámides, un nuevo monumento se alza desde esta semana como puente entre el pasado faraónico y el futuro: el Gran Museo Egipcio (GEM) abrió oficialmente sus puertas al público, marcando un hito en la preservación y exhibición del legado del Antiguo Egipto.
El coloso de Ramsés II, una estatua de granito de 11 metros y 83 toneladas, recibe a los visitantes en el vestíbulo principal, simbolizando la grandeza que aguarda en el interior. Trasladada desde su anterior ubicación en una plaza cairota, la imponente figura preside un espacio arquitectónico diseñado para dejar sin aliento incluso a los viajeros más experimentados.
Un viaje cronológico por 7.000 años de historia
El museo, con sus 24.000 metros cuadrados de espacio expositivo, alberga aproximadamente 50.000 artefactos, muchos de los cuales nunca antes habían sido exhibidos al público. La colección completa supera las 100.000 piezas, creando el repositorio más completo de antigüedades faraónicas del mundo.
La distribución sigue un recorrido cronológico a través de 12 galerías principales que guían al visitante desde la prehistoria hasta las épocas griega y romana. Pero sin duda, el corazón palpitante del museo se encuentra en las salas dedicadas a Tutankamón, donde por primera vez en la historia se exhiben juntas las 5.398 piezas de su tesoro funerario, incluyendo su máscara de oro y sus seis carrozas ceremoniales.
Arquitectura en diálogo con las pirámides
El diseño del estudio Heneghan Peng Architects establece una conversación visual única con los monumentos milenarios que se vislumbran a través de su fachada de cristal triangular. La estructura, que costó aproximadamente 1.000 millones de dólares, se integra en la meseta del desierto actuando como umbral ceremonial entre el mundo moderno y el antiguo.
"No hemos construido simplemente un museo, hemos creado un experiencia de inmersión total", declaró durante la inauguración el director del proyecto, Atef Moftah. "Cada elemento, desde la alineación del techo con las pirámides hasta la iluminación de las vitrinas, ha sido cuidadosamente planificado para honrar a nuestros antepasados".
Motor de la reactivación turística egipcia
La apertura del GEM representa la piedra angular de la estrategia egipcia para revitalizar su sector turístico, que en 2024 alcanzó un récord de 15,7 millones de visitantes. Las autoridades confían en que el nuevo museo, con capacidad para recibir entre 15.000 y 20.000 visitantes diarios, impulse la meta de alcanzar los 30 millones de turistas anuales para 2032.
Para acomodar este flujo masivo, el gobierno ha desarrollado una completa infraestructura de apoyo que incluye nuevas carreteras, una estación de metro dedicada y el Aeropuerto Internacional de la Esfinge, situado a apenas 40 minutos del recinto.
El Gran Museo Egipcio no es solo un espacio para contemplar reliquias, sino un monumento vivo que establece un nuevo estándar para los museos del siglo XXI, combinando la majestuosidad del pasado con la tecnología del futuro, todo bajo la atenta mirada de las pirámides que han contemplado el paso de los siglos.
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