SALUD
Cuidadores en España: el 85% sufre en silencio sin apoyo emocional
Una investigación revela que ocho de cada diez personas dedicadas al cuidado familiar presentan síntomas de burnout, ansiedad o depresión, con un impacto devastador en su salud mental y profesional.
La sobrecarga emocional se ha instalado como una sombra en la vida de las personas cuidadoras. Un estudio realizado esta semana por Unobravo, el servicio de psicología online líder en Europa, desvela una realidad cruda: el 85% de los cuidadores en España no cuenta con suficiente apoyo emocional, lo que ha derivado en que ocho de cada diez reconozcan haber padecido síntomas de burnout, ansiedad o depresión a causa de su rol.
La investigación, dirigida a quienes cuidan o han cuidado de un familiar o persona cercana, dibuja un panorama de exigencia extrema y soledad. Casi seis de cada diez encuestados (58,5%) admiten que su labor como cuidadores ha tenido “un impacto negativo en su vida profesional”, un dato que evidencia el coste integral de esta dedicación.
Cuidar sin red: una carga que afecta a la salud mental
El perfil del cuidador en España sigue siendo mayoritariamente femenino. El 86% son mujeres, en su mayoría en edad laboral activa (entre 25 y 44 años), lo que subraya el fuerte componente de género de esta tarea. La sobrecarga media que declaran es de 4 sobre 5, un indicador del alto nivel de desgaste emocional que soportan, atrapadas en una etapa vital de alta exigencia tanto familiar como profesional.
Esta situación sostenida no solo erosiona la salud mental, sino que genera una sensación constante de culpa, falta de tiempo y agotamiento, que puede derivar en problemas psicológicos más graves si no se abordan a tiempo.
Ansiedad, depresión y agotamiento emocional
Las cifras son elocuentes y preocupantes. El 84,7% de las personas cuidadoras ha experimentado síntomas psicológicos durante su experiencia. La combinación de ansiedad y depresión afecta al 43,2%, mientras que un 41,5% sufre únicamente ansiedad y un 7,6% padece depresión.
Estos datos confirman la vulnerabilidad de un colectivo que, pese a su labor esencial, casi nunca recibe atención o acompañamiento especializado. La falta de apoyo y el nivel de sobrecarga evidencian la necesidad urgente de programas específicos de prevención y asistencia psicológica.
El cuidado, una labor femenina y profesionalmente costosa
El impacto en la trayectoria laboral es otro de los pilares del estudio. Seis de cada diez cuidadores han visto afectada su carrera profesional por esta labor, ya sea al renunciar a oportunidades, reducir su jornada o acumular niveles de estrés insostenibles.
“El rol de persona cuidadora sigue siendo una de las principales causas de sobrecarga emocional en mujeres adultas”, señala el informe, que subraya la urgencia de políticas de conciliación y apoyo psicológico adaptadas a sus necesidades. La falta de reconocimiento institucional perpetúa la desigualdad de género y sitúa a las mujeres en un mayor riesgo de estrés y fatiga emocional.
Unobravo y Qida aúnan fuerzas para cuidar a quien cuida
Ante este escenario, y con el objetivo de promover la cultura del autocuidado, Unobravo ha anunciado una colaboración con Qida, empresa especializada en cuidados domiciliarios a personas mayores y dependientes. Esta alianza busca romper el aislamiento emocional y facilitar el acceso a terapia y herramientas de bienestar específicas.
Francisco Rivera, psicólogo y Manager Clínico de Unobravo, explica: “El bienestar emocional de quienes cuidan a otros debe ser una prioridad social y sanitaria. Cuidar implica una gran carga emocional y, sin apoyo, puede derivar en un agotamiento o culpa”. Y añade: “Junto a Qida, queremos poner la salud mental de las personas cuidadoras en el centro, ofreciéndoles las herramientas y la atención que merecen”.
En la misma línea, Oriol Fuertes, fundador y CEO de Qida, ha afirmado: “Cuidar puede ser una experiencia preciosa, pero también profundamente solitaria. En Qida sabemos que no se puede cuidar bien si uno no se siente bien. Por eso, este acuerdo con Unobravo nos permite cuidar también de quienes sostienen el bienestar de miles de familias cada día”.
Ambas compañías materializan así una visión compartida: para cuidar de los demás, es imprescindible aprender a cuidarse a uno mismo. Reconocer los propios límites y disponer de apoyo profesional se revelan como pasos esenciales para preservar el bienestar de quienes sostienen en silencio el cuidado en nuestra sociedad.

La sobrecarga emocional se ha instalado como una sombra en la vida de las personas cuidadoras. Un estudio realizado esta semana por Unobravo, el servicio de psicología online líder en Europa, desvela una realidad cruda: el 85% de los cuidadores en España no cuenta con suficiente apoyo emocional, lo que ha derivado en que ocho de cada diez reconozcan haber padecido síntomas de burnout, ansiedad o depresión a causa de su rol.
La investigación, dirigida a quienes cuidan o han cuidado de un familiar o persona cercana, dibuja un panorama de exigencia extrema y soledad. Casi seis de cada diez encuestados (58,5%) admiten que su labor como cuidadores ha tenido “un impacto negativo en su vida profesional”, un dato que evidencia el coste integral de esta dedicación.
Cuidar sin red: una carga que afecta a la salud mental
El perfil del cuidador en España sigue siendo mayoritariamente femenino. El 86% son mujeres, en su mayoría en edad laboral activa (entre 25 y 44 años), lo que subraya el fuerte componente de género de esta tarea. La sobrecarga media que declaran es de 4 sobre 5, un indicador del alto nivel de desgaste emocional que soportan, atrapadas en una etapa vital de alta exigencia tanto familiar como profesional.
Esta situación sostenida no solo erosiona la salud mental, sino que genera una sensación constante de culpa, falta de tiempo y agotamiento, que puede derivar en problemas psicológicos más graves si no se abordan a tiempo.
Ansiedad, depresión y agotamiento emocional
Las cifras son elocuentes y preocupantes. El 84,7% de las personas cuidadoras ha experimentado síntomas psicológicos durante su experiencia. La combinación de ansiedad y depresión afecta al 43,2%, mientras que un 41,5% sufre únicamente ansiedad y un 7,6% padece depresión.
Estos datos confirman la vulnerabilidad de un colectivo que, pese a su labor esencial, casi nunca recibe atención o acompañamiento especializado. La falta de apoyo y el nivel de sobrecarga evidencian la necesidad urgente de programas específicos de prevención y asistencia psicológica.
El cuidado, una labor femenina y profesionalmente costosa
El impacto en la trayectoria laboral es otro de los pilares del estudio. Seis de cada diez cuidadores han visto afectada su carrera profesional por esta labor, ya sea al renunciar a oportunidades, reducir su jornada o acumular niveles de estrés insostenibles.
“El rol de persona cuidadora sigue siendo una de las principales causas de sobrecarga emocional en mujeres adultas”, señala el informe, que subraya la urgencia de políticas de conciliación y apoyo psicológico adaptadas a sus necesidades. La falta de reconocimiento institucional perpetúa la desigualdad de género y sitúa a las mujeres en un mayor riesgo de estrés y fatiga emocional.
Unobravo y Qida aúnan fuerzas para cuidar a quien cuida
Ante este escenario, y con el objetivo de promover la cultura del autocuidado, Unobravo ha anunciado una colaboración con Qida, empresa especializada en cuidados domiciliarios a personas mayores y dependientes. Esta alianza busca romper el aislamiento emocional y facilitar el acceso a terapia y herramientas de bienestar específicas.
Francisco Rivera, psicólogo y Manager Clínico de Unobravo, explica: “El bienestar emocional de quienes cuidan a otros debe ser una prioridad social y sanitaria. Cuidar implica una gran carga emocional y, sin apoyo, puede derivar en un agotamiento o culpa”. Y añade: “Junto a Qida, queremos poner la salud mental de las personas cuidadoras en el centro, ofreciéndoles las herramientas y la atención que merecen”.
En la misma línea, Oriol Fuertes, fundador y CEO de Qida, ha afirmado: “Cuidar puede ser una experiencia preciosa, pero también profundamente solitaria. En Qida sabemos que no se puede cuidar bien si uno no se siente bien. Por eso, este acuerdo con Unobravo nos permite cuidar también de quienes sostienen el bienestar de miles de familias cada día”.
Ambas compañías materializan así una visión compartida: para cuidar de los demás, es imprescindible aprender a cuidarse a uno mismo. Reconocer los propios límites y disponer de apoyo profesional se revelan como pasos esenciales para preservar el bienestar de quienes sostienen en silencio el cuidado en nuestra sociedad.






























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