SALUD
La ansiedad por comprar consume a los españoles
Un estudio revela que solo el 19% de la población se siente financieramente estable, vinculando el consumo compulsivo con el deterioro del bienestar psicológico.
La presión económica está pasando factura a la salud mental de los españoles. Una investigación reciente muestra que únicamente el 19% de la población se siente financieramente estable, un dato que los expertos vinculan directamente con el aumento de los trastornos de ansiedad y depresión en nuestro país.
El consumo compulsivo emerge como uno de los principales desencadenantes de esta crisis silenciosa. El patrón de gasto impulsivo, frecuentemente alimentado por estrategias de marketing y presión social, está generando consecuencias devastadoras en el bienestar psicológico de la ciudadanía.
Los especialistas en psicología económica alertan sobre el círculo vicioso que se establece: la búsqueda de alivio emocional a través de las compras conduce a un empeoramiento de la situación financiera, lo que a su vez incrementa los niveles de estrés y ansiedad. Esta dinámica afecta especialmente a los grupos más vulnerables.
La situación refleja una paradoja clínica preocupante: en una sociedad de aparente abundancia, la incapacidad para controlar las finanzas personales se ha convertido en una fuente constante de malestar emocional. Ocho de cada diez españoles experimentan distintos niveles de ansiedad financiera, según los datos del estudio.
Los psicólogos clínicos constatan en sus consultas cómo la inestabilidad económica percibida actúa como factor de estrés crónico que mina la salud mental. La incapacidad para hacer frente a gastos imprevistos o proyectar un futuro estable está generando cuadros de insomnio, irritabilidad y trastornos del estado de ánimo.
La cultura del consumo inmediato, amplificada por las facilidades de pago y el comercio online, está creando un terreno fértil para comportamientos adictivos. El alivio temporal que proporciona la compra impulsiva se transforma rápidamente en preocupación y culpa cuando llegan los extractos bancarios.
Los datos sugieren que urge incorporar la educación financiera como herramienta de prevención en salud mental. La falta de habilidades para gestionar presupuestos y la escasa cultura del ahorro explican en parte por qué la gran mayoría de españoles navega en aguas de incertidumbre económica permanente.
Los profesionales de la psicología insisten en que esta situación requiere un abordaje integral desde el sistema sanitario. No se trata solo de mejorar los ingresos, sino de desarrollar hábitos financieros saludables que permitan romper el ciclo de consumo emocional y sus consecuencias psicológicas.
Mientras tanto, las consultas por problemas derivados de la gestión económica no dejan de aumentar, confirmando que la cartera y la mente están más conectadas que nunca en el bienestar de los ciudadanos.

La presión económica está pasando factura a la salud mental de los españoles. Una investigación reciente muestra que únicamente el 19% de la población se siente financieramente estable, un dato que los expertos vinculan directamente con el aumento de los trastornos de ansiedad y depresión en nuestro país.
El consumo compulsivo emerge como uno de los principales desencadenantes de esta crisis silenciosa. El patrón de gasto impulsivo, frecuentemente alimentado por estrategias de marketing y presión social, está generando consecuencias devastadoras en el bienestar psicológico de la ciudadanía.
Los especialistas en psicología económica alertan sobre el círculo vicioso que se establece: la búsqueda de alivio emocional a través de las compras conduce a un empeoramiento de la situación financiera, lo que a su vez incrementa los niveles de estrés y ansiedad. Esta dinámica afecta especialmente a los grupos más vulnerables.
La situación refleja una paradoja clínica preocupante: en una sociedad de aparente abundancia, la incapacidad para controlar las finanzas personales se ha convertido en una fuente constante de malestar emocional. Ocho de cada diez españoles experimentan distintos niveles de ansiedad financiera, según los datos del estudio.
Los psicólogos clínicos constatan en sus consultas cómo la inestabilidad económica percibida actúa como factor de estrés crónico que mina la salud mental. La incapacidad para hacer frente a gastos imprevistos o proyectar un futuro estable está generando cuadros de insomnio, irritabilidad y trastornos del estado de ánimo.
La cultura del consumo inmediato, amplificada por las facilidades de pago y el comercio online, está creando un terreno fértil para comportamientos adictivos. El alivio temporal que proporciona la compra impulsiva se transforma rápidamente en preocupación y culpa cuando llegan los extractos bancarios.
Los datos sugieren que urge incorporar la educación financiera como herramienta de prevención en salud mental. La falta de habilidades para gestionar presupuestos y la escasa cultura del ahorro explican en parte por qué la gran mayoría de españoles navega en aguas de incertidumbre económica permanente.
Los profesionales de la psicología insisten en que esta situación requiere un abordaje integral desde el sistema sanitario. No se trata solo de mejorar los ingresos, sino de desarrollar hábitos financieros saludables que permitan romper el ciclo de consumo emocional y sus consecuencias psicológicas.
Mientras tanto, las consultas por problemas derivados de la gestión económica no dejan de aumentar, confirmando que la cartera y la mente están más conectadas que nunca en el bienestar de los ciudadanos.































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