Día Domingo, 16 de Noviembre de 2025
Actualidad
El 'binge drinking' afecta ya a casi un 30% de adolescentes españoles
Los atracones de alcohol causan daños cerebrales irreversibles en jóvenes de 14 a 18 años, según alertan los especialistas con motivo del Día Mundial Sin Alcohol.
Casi tres de cada diez estudiantes de entre 14 y 18 años en España reconocen haber practicado el 'binge drinking' o consumo en atracón de alcohol, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad y del Plan Nacional Sobre Drogas. Esta práctica, que consiste en ingerir cinco o más bebidas alcohólicas en menos de dos horas, está provocando daños neurológicos graves en una generación de adolescentes cuyo cerebro aún se encuentra en pleno desarrollo.
Con motivo del Día Mundial Sin Alcohol que se celebra este 15 de noviembre, los especialistas en adicciones lanzan una alerta sobre las consecuencias de esta modalidad de consumo, lejos de ser un simple "rito de paso" inocuo. El doctor Antonio Peña, médico de la red de centros de adicciones Esvidas, advierte que "cada vez son más los adolescentes que llegan a urgencias con intoxicaciones etílicas graves derivadas del binge drinking".
Los datos de la Encuesta ESTUDES 2025, aunque reflejan un descenso de casi cuatro puntos porcentuales respecto a 2023, mantienen la alarma entre los profesionales sanitarios. "Pese a que veamos una curva descendente, el porcentaje de jóvenes que llevan a cabo el binge drinking sigue siendo elevadísimo", insiste el doctor Peña, quien identifica como perfiles de mayor riesgo a "jóvenes con dificultades de aprendizaje, problemas de conducta o una marcada necesidad de socializar".
La vulnerabilidad del cerebro adolescente frente al alcohol explica la gravedad de estos atracones. Mientras estructuras clave como el hipocampo -responsable del aprendizaje y la memoria- y la amígdala -reguladora de emociones- están hiperactivas, la corteza prefrontal -encargada del control de impulsos- aún no ha completado su desarrollo. Este desequilibrio convierte a los jóvenes en más propensos a asumir riesgos mientras son menos capaces de frenar conductas impulsivas.
Los efectos del alcohol en este periodo crítico van mucho más allá de la resaca matutina. El alcohol altera los mensajeros químicos cerebrales como el GABA y el glutamato, esenciales para la regulación neuronal, el aprendizaje y la memoria. Además, provoca inflamación cerebral que daña células cruciales para la atención, la planificación y la toma de decisiones.
"Cuanto más joven se empieza y mayor es la frecuencia de los atracones, más alta es la probabilidad de desarrollar una dependencia al alcohol en el futuro", subraya el doctor Peña. Cada episodio de consumo intensivo incrementa el riesgo de accidentes, lesiones y el desarrollo de la enfermedad de la adicción en la edad adulta.
Los expertos coinciden en que la única cantidad segura de alcohol durante la adolescencia es cero. Margarita Pascual, psicóloga clínica de Esvidas, lo explica con contundencia: "Cualquier cantidad de alcohol está afectando al correcto funcionamiento de nuestro cerebro. Lo que empieza con una copa diaria puede evolucionar en el desarrollo de problemas cognitivos o dependencia en un futuro".
La prevención efectiva, según los especialistas, requiere romper la normalización del consumo entre menores y reforzar la educación emocional y digital, junto con un acompañamiento familiar que explique sin ambages los efectos reales del alcohol sobre el cerebro en desarrollo.

Casi tres de cada diez estudiantes de entre 14 y 18 años en España reconocen haber practicado el 'binge drinking' o consumo en atracón de alcohol, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad y del Plan Nacional Sobre Drogas. Esta práctica, que consiste en ingerir cinco o más bebidas alcohólicas en menos de dos horas, está provocando daños neurológicos graves en una generación de adolescentes cuyo cerebro aún se encuentra en pleno desarrollo.
Con motivo del Día Mundial Sin Alcohol que se celebra este 15 de noviembre, los especialistas en adicciones lanzan una alerta sobre las consecuencias de esta modalidad de consumo, lejos de ser un simple "rito de paso" inocuo. El doctor Antonio Peña, médico de la red de centros de adicciones Esvidas, advierte que "cada vez son más los adolescentes que llegan a urgencias con intoxicaciones etílicas graves derivadas del binge drinking".
Los datos de la Encuesta ESTUDES 2025, aunque reflejan un descenso de casi cuatro puntos porcentuales respecto a 2023, mantienen la alarma entre los profesionales sanitarios. "Pese a que veamos una curva descendente, el porcentaje de jóvenes que llevan a cabo el binge drinking sigue siendo elevadísimo", insiste el doctor Peña, quien identifica como perfiles de mayor riesgo a "jóvenes con dificultades de aprendizaje, problemas de conducta o una marcada necesidad de socializar".
La vulnerabilidad del cerebro adolescente frente al alcohol explica la gravedad de estos atracones. Mientras estructuras clave como el hipocampo -responsable del aprendizaje y la memoria- y la amígdala -reguladora de emociones- están hiperactivas, la corteza prefrontal -encargada del control de impulsos- aún no ha completado su desarrollo. Este desequilibrio convierte a los jóvenes en más propensos a asumir riesgos mientras son menos capaces de frenar conductas impulsivas.
Los efectos del alcohol en este periodo crítico van mucho más allá de la resaca matutina. El alcohol altera los mensajeros químicos cerebrales como el GABA y el glutamato, esenciales para la regulación neuronal, el aprendizaje y la memoria. Además, provoca inflamación cerebral que daña células cruciales para la atención, la planificación y la toma de decisiones.
"Cuanto más joven se empieza y mayor es la frecuencia de los atracones, más alta es la probabilidad de desarrollar una dependencia al alcohol en el futuro", subraya el doctor Peña. Cada episodio de consumo intensivo incrementa el riesgo de accidentes, lesiones y el desarrollo de la enfermedad de la adicción en la edad adulta.
Los expertos coinciden en que la única cantidad segura de alcohol durante la adolescencia es cero. Margarita Pascual, psicóloga clínica de Esvidas, lo explica con contundencia: "Cualquier cantidad de alcohol está afectando al correcto funcionamiento de nuestro cerebro. Lo que empieza con una copa diaria puede evolucionar en el desarrollo de problemas cognitivos o dependencia en un futuro".
La prevención efectiva, según los especialistas, requiere romper la normalización del consumo entre menores y reforzar la educación emocional y digital, junto con un acompañamiento familiar que explique sin ambages los efectos reales del alcohol sobre el cerebro en desarrollo.















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