La crisis en el embalse de Eiras, infraestructura vital para el abastecimiento de Vigo y su área metropolitana, ha forzado a la Xunta a convocar una reunión técnica de emergencia para el próximo martes. El motivo: la detección de deficiencias graves en dos válvulas que regulan el caudal de agua enviado a la potabilizadora de O Casal, y cuyo pésimo estado amenaza con poner en riesgo el suministro para una población de más de 400.000 habitantes.

La Consellería de Medio Ambiente ha tenido que actuar con celeridad después de que las dos primeras solicitudes de reunión –realizadas el miércoles por la conselleira Ángeles Vázquez y reiterada el viernes por el director de Augas de Galicia, Roi Fernández– no obtuvieran ninguna respuesta oficial por parte das autoridades municipais. El gobierno autonómico procedió con la convocatoria al tener conocimiento, "aínda que non fose por canles oficiais", de la disposición del Concello a analizar la situación.

La urgencia del encuentro es máxima. Las válvulas defectuosas son componentes críticos y su mal estado requiere una sustitución inmediata para evitar un fallo en el suministro. La Xunta ha mostrado una "preocupación máxima" ante una situación que el Concello de Vigo, como responsable exclusivo del accionamiento y mantenimiento preventivo de estos mecanismos, no comunicó en ningún momento a la administración autonómica.

Esta reunión se considera imprescindible para la coordinación entre ambas administraciones, dado el reparto de competencias. Mientras que la titularidade da presa é autonómica, la responsabilidad de su operativa diaria y mantenimiento recae de forma exclusiva en el Concello, que la ejerce a través de su empresa concesionaria. La falta de comunicación previa sobre las incidencias ha elevado la tensión institucional en un asunto de crítica importancia para la seguridad hídrica de toda el área de Vigo.