Día Martes, 25 de Noviembre de 2025
ACTUALIDAD
La fuga de talento matemático: por qué nadie quiere ser profesor
Más de 700 plazas de matemáticas quedaron sin cubrir en 2023 mientras las multinacionales captan a los graduados con salarios competitivos.
El sistema educativo español enfrenta una crisis silenciosa pero determinante: la desaparición de los profesores de matemáticas. Los datos del Informe Mundial sobre el Personal Docente revelan que en 2023 más de 700 plazas dedicadas a esta materia no encontraron candidatos, un vacío que evidencia el divorcio entre la formación universitaria y las demandas del mercado laboral.
La precariedad estructural del sector educativo explica en gran medida este fenómeno. Más del 20% de los docentes trabajan con contratos temporales, porcentaje que se dispara entre los menores de 30 años, generando una inestabilidad laboral que aleja a los mejores talentos. Mientras la enseñanza ofrece condiciones limitadas, las empresas tecnológicas reclutan activamente a estudiantes de matemáticas con propuestas irresistibles.
El auge de campos como el business analytics y la inteligencia artificial ha multiplicado las oportunidades para los matemáticos. Multinacionales captan talento incluso antes de la graduación, ofreciendo salarios y proyección profesional incomparables con los sueldos docentes. Esta fuga de cerebros hacia el sector privado deja a la educación sin su cantera natural.
El problema trasciende la mera cuestión salarial. Los aspirantes a docente se encuentran con un sistema educativo anclado en esquemas tradicionales, que no ofrece ni la flexibilidad necesaria ni incentivos adecuados para el desarrollo profesional. Quienes finalmente optan por la enseñanza llegan frecuentemente con escasa experiencia práctica y recursos limitados para enfrentar el desafío del aula.
La solución requiere un cambio de paradigma en la formación del profesorado. Es necesario establecer métodos unificados y sólidos que preparen a los docentes desde dentro, equiparando su capacitación a la exigencia de las demás profesiones técnicas. Sin una apuesta decidida por modernizar y dignificar la carrera docente, España arriesga consolidar una generación de profesores de matemáticas menos preparados en plena era digital.
El reto es generacional: o se toman medidas ambiciosas que sitúen al docente en el centro del sistema educativo, o la calidad de la enseñanza matemática entrará en un declive irreversible. La inteligencia artificial avanza, pero sin profesores cualificados, las aulas españolas pueden quedarse vacías de talento.

El sistema educativo español enfrenta una crisis silenciosa pero determinante: la desaparición de los profesores de matemáticas. Los datos del Informe Mundial sobre el Personal Docente revelan que en 2023 más de 700 plazas dedicadas a esta materia no encontraron candidatos, un vacío que evidencia el divorcio entre la formación universitaria y las demandas del mercado laboral.
La precariedad estructural del sector educativo explica en gran medida este fenómeno. Más del 20% de los docentes trabajan con contratos temporales, porcentaje que se dispara entre los menores de 30 años, generando una inestabilidad laboral que aleja a los mejores talentos. Mientras la enseñanza ofrece condiciones limitadas, las empresas tecnológicas reclutan activamente a estudiantes de matemáticas con propuestas irresistibles.
El auge de campos como el business analytics y la inteligencia artificial ha multiplicado las oportunidades para los matemáticos. Multinacionales captan talento incluso antes de la graduación, ofreciendo salarios y proyección profesional incomparables con los sueldos docentes. Esta fuga de cerebros hacia el sector privado deja a la educación sin su cantera natural.
El problema trasciende la mera cuestión salarial. Los aspirantes a docente se encuentran con un sistema educativo anclado en esquemas tradicionales, que no ofrece ni la flexibilidad necesaria ni incentivos adecuados para el desarrollo profesional. Quienes finalmente optan por la enseñanza llegan frecuentemente con escasa experiencia práctica y recursos limitados para enfrentar el desafío del aula.
La solución requiere un cambio de paradigma en la formación del profesorado. Es necesario establecer métodos unificados y sólidos que preparen a los docentes desde dentro, equiparando su capacitación a la exigencia de las demás profesiones técnicas. Sin una apuesta decidida por modernizar y dignificar la carrera docente, España arriesga consolidar una generación de profesores de matemáticas menos preparados en plena era digital.
El reto es generacional: o se toman medidas ambiciosas que sitúen al docente en el centro del sistema educativo, o la calidad de la enseñanza matemática entrará en un declive irreversible. La inteligencia artificial avanza, pero sin profesores cualificados, las aulas españolas pueden quedarse vacías de talento.















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