Un parque público devorado por la vegetación se ha convertido en el nuevo frente de batalla política en Vigo. El Partido Popular ha cuestionado al alcalde, Abel Caballero, sobre la "desaparición" del parque vecinal de A Canicouva en la parroquia de Castrelos, una instalación municipal que lleva más de dos años abandonada y completamente inaccesible para los vecinos.

El portavoz municipal del PP, Miguel Martín, visitó esta semana la zona acompañado del concejal Daniel Benavides para constatar el estado de abandono de este espacio, ubicado al comienzo de la Avenida Clara Campoamor. "Si tiene un momento, el alcalde podría pasarse por allí y ver cómo las farolas se están cayendo a pedazos", propuso Martín tras comprobar cómo la maleza oculta bancos, barandillas y todo el mobiliario urbano.

La controversia surge en paralelo a la recepción por parte de la Gerencia de Urbanismo de las zonas verdes del ámbito urbanístico Rosalía de Castro II. Los populares temen que estos nuevos espacios compartan el mismo destino que las cinco parcelas cedidas al Concello tras el desarrollo de la U.A. Chantada, entre las que se encuentra el ahora desaparecido parque de A Canicouva.

Martín recordó que el Ayuntamiento mantiene concesiones con dos empresas para el mantenimiento de las zonas verdes y se preguntó "si se está supervisando la labor que realizan estas empresas". El abandono contrasta con la política municipal de sancionar a los propietarios de fincas particulares que no mantienen sus terrenos en condiciones. "¿No deberían dar ejemplo con las que son municipales? ¿Cuál es su excusa ahora?", cuestionó el portavoz popular.

Las quejas vecinales han llegado al PP a través de múltiples canales: registros oficiales en el Concello, denuncias ante la Policía Local e incluso reseñas en redes sociales sobre el "ya inexistente parque". En una de ellas, un vecino lamentaba que "al señor de las luces no le interese nada que esté más allá del centro de la ciudad".

El portavoz subrayó que "todos los vigueses tienen derecho al mismo trato, vivan donde vivan", en referencia al contraste entre el mantenimiento de las zonas céntricas y el abandono de espacios periféricos como este, situado a escasos metros del parque Quiñones de León pero en un estado radicalmente diferente.