Del Viernes, 12 de Diciembre de 2025 al Domingo, 14 de Diciembre de 2025
Las redes sociales hacen mella en los jóvenes
Preocupación en la educación: "la generación del scroll lee, pero no comprende"
“Estamos viendo alumnos que leen, pero no comprenden; que escriben, pero sin precisión; que hablan, pero con menos palabras de las que su pensamiento necesitaría” declaró Alodia Gaudier |Image licensed by © Ingram Ima
El informe PISA alerta de la pérdida de comprensión lectora y vocabulario frente al consumo de contenidos digitales rápidos
El último informe PISA 2022 ha confirmado un preocupante descenso en la comprensión lectora de los estudiantes españoles, situando a España en su peor resultado histórico y con una caída de 18 puntos respecto a 2018. Investigadores de la Universidad de Stanford vinculan esta situación al consumo masivo de contenido digital rápido, especialmente a través de TikTok, Instagram y otras plataformas de estímulos intensos, que reducen la atención sostenida, la memoria de trabajo y la tolerancia al esfuerzo cognitivo.
A esta tendencia se suma un impacto lingüístico: un estudio del MIT Media Lab revela que los menores adquieren vocabulario limitado y repetitivo de sus entornos digitales, lo que dificulta la expresión compleja. Neurocientíficos como Maryanne Wolf advierten que el cerebro lector se está reconfigurando para procesar información fragmentada, favoreciendo lo inmediato y visual en detrimento de la interpretación profunda.
Los docentes observan esta realidad en el aula. Alumnos de 10 o 11 años leen con fluidez, pero no comprenden ironías, dobles sentidos o relaciones causales. Vocabulario reducido a expresiones como “literal”, “tipo” o “random”, y dificultades crecientes para escribir con coherencia o sin errores ortográficos básicos. Como explica la neuroeducadora Elena Pasquinelli, “los estímulos saturados disminuyen la capacidad de generar imágenes mentales propias, un proceso fundamental para la comprensión profunda”.
Frente a este escenario, algunos centros educativos desarrollan estrategias innovadoras para recuperar la lectura profunda. Alodia Gaudier, tutora de 6º de Primaria en Everest School, sostiene que la comprensión lectora no se recupera leyendo más, sino leyendo mejor, activando funciones ejecutivas como concentración, planificación, memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva e inhibición de conclusiones impulsivas. Su modelo incluye lectura diaria, bibliotecas personalizadas, seguimiento lector, glosarios temáticos y escritura manual, apoyándose en herramientas digitales como Walinwa solo como complemento, nunca como sustituto.
Además, Gaudier ha implementado ejercicios para reducir el uso de palabras vacías en el lenguaje cotidiano y fortalecer la conciencia del valor del vocabulario: cada vez que los alumnos emplean expresiones repetitivas deben entregarle un recordatorio simbólico, fomentando la reflexión sobre el lenguaje y el pensamiento.
La comprensión lectora y un vocabulario amplio no son competencias escolares aisladas: son la base del pensamiento crítico, la reflexión y la ciudadanía consciente. Recuperarlas exige la colaboración de colegios, familias y sociedad para replantear el papel del silencio, la lectura profunda y el tiempo sin pantallas en la vida de los niños.
“Estamos viendo alumnos que leen, pero no comprenden; que escriben, pero sin precisión; que hablan, pero con menos palabras de las que su pensamiento necesitaría” declaró Alodia Gaudier |Image licensed by © Ingram ImaEl último informe PISA 2022 ha confirmado un preocupante descenso en la comprensión lectora de los estudiantes españoles, situando a España en su peor resultado histórico y con una caída de 18 puntos respecto a 2018. Investigadores de la Universidad de Stanford vinculan esta situación al consumo masivo de contenido digital rápido, especialmente a través de TikTok, Instagram y otras plataformas de estímulos intensos, que reducen la atención sostenida, la memoria de trabajo y la tolerancia al esfuerzo cognitivo.
A esta tendencia se suma un impacto lingüístico: un estudio del MIT Media Lab revela que los menores adquieren vocabulario limitado y repetitivo de sus entornos digitales, lo que dificulta la expresión compleja. Neurocientíficos como Maryanne Wolf advierten que el cerebro lector se está reconfigurando para procesar información fragmentada, favoreciendo lo inmediato y visual en detrimento de la interpretación profunda.
Los docentes observan esta realidad en el aula. Alumnos de 10 o 11 años leen con fluidez, pero no comprenden ironías, dobles sentidos o relaciones causales. Vocabulario reducido a expresiones como “literal”, “tipo” o “random”, y dificultades crecientes para escribir con coherencia o sin errores ortográficos básicos. Como explica la neuroeducadora Elena Pasquinelli, “los estímulos saturados disminuyen la capacidad de generar imágenes mentales propias, un proceso fundamental para la comprensión profunda”.
Frente a este escenario, algunos centros educativos desarrollan estrategias innovadoras para recuperar la lectura profunda. Alodia Gaudier, tutora de 6º de Primaria en Everest School, sostiene que la comprensión lectora no se recupera leyendo más, sino leyendo mejor, activando funciones ejecutivas como concentración, planificación, memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva e inhibición de conclusiones impulsivas. Su modelo incluye lectura diaria, bibliotecas personalizadas, seguimiento lector, glosarios temáticos y escritura manual, apoyándose en herramientas digitales como Walinwa solo como complemento, nunca como sustituto.
Además, Gaudier ha implementado ejercicios para reducir el uso de palabras vacías en el lenguaje cotidiano y fortalecer la conciencia del valor del vocabulario: cada vez que los alumnos emplean expresiones repetitivas deben entregarle un recordatorio simbólico, fomentando la reflexión sobre el lenguaje y el pensamiento.
La comprensión lectora y un vocabulario amplio no son competencias escolares aisladas: son la base del pensamiento crítico, la reflexión y la ciudadanía consciente. Recuperarlas exige la colaboración de colegios, familias y sociedad para replantear el papel del silencio, la lectura profunda y el tiempo sin pantallas en la vida de los niños.















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.169