La falta de control sobre la propia economía puede ser una forma de violencia silenciosa. Un estudio realizado por Nickel, la cuenta disponible en estancos, desvela que el 41% de los españoles desconoce por completo en qué consiste la violencia económica, una modalidad de maltrato que acaba de ser incluida en el nuevo Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

Esta forma de abuso, definida como el acto de limitar, suprimir o controlar el acceso de la pareja a los recursos financieros para generar dependencia, es una realidad cotidiana para un 11,5% de las mujeres, según datos de la Asociación de Usuarios Financieros (ASUFIN). Pese a su gravedad, permanece como un fenómeno ampliamente invisibilizado para la sociedad.

La investigación constata que la falta de concienciación es prácticamente idéntica entre hombres y mujeres. El 40,7% de las mujeres y el 41,3% de los hombres admiten no estar familiarizados con el concepto. Los datos demográficos apuntan a los adultos de 31 a 50 años como el grupo más informado (62,1%), seguido de los jóvenes de 18 a 30 (58,6%). Por el contrario, las personas mayores de 65 años son las que muestran un mayor desconocimiento (46,1%).

Brecha salarial y de ahorro

El informe no solo aborda el desconocimiento, sino que también profundiza en las consecuencias económicas que sufren las mujeres. Se evidencia una seria brecha de género en la capacidad de ahorro. El 33,7% de las mujeres destina más de la mitad de su salario a gastos fijos, una cifra seis puntos superior a la de los hombres (27,9%).

La situación se agrava en el apartado del ahorro. Una de cada cinco mujeres (20,7%) confiesa no tener ningún ahorro, frente al 17,9% de los hombres. Esta precariedad financiera tiene un profundo impacto psicológico: al 58% de las mujeres les inquieta que sus ahorros no sean suficientes para afrontar un imprevisto, y al 21,7% esta preocupación ya está afectando a su salud mental.

La perspectiva de futuro también es menos optimista para ellas. Mientras el 40,8% de los hombres espera que su situación económica mejore en 2025, solo el 32% de las mujeres comparte esa previsión, lo que revela una diferencia de nueve puntos porcentuales y subraya la desventaja estructural que padecen