La Unidad de Policía Adscrita (UPA), el cuerpo que ejerce funciones autonómicas en Galicia, se encuentra al borde del colapso operativo. Según ha denunciado la Unión de Ciudadanos Independientes (UCIN), la plantilla actual oscila entre 341 y 350 agentes, una cifra radicalmente insuficiente para atender las necesidades de seguridad de la comunidad.

El coordinador de UCIN Galicia, José Luis Calo, ha alertado de que Galicia "funciona con el 3% de la policía autonómica que realmente precisa", calificando esta situación de "inadmisible, injustificable y políticamente irresponsable". La gravedad de los datos se hace evidente al compararlos con otras comunidades: mientras territorios como Cataluña o Euskadi cuentan con policías autonómicas que oscilan entre 6.000 y 10.000 efectivos, Galicia se mantiene en números testimoniales.

Calo ha atribuido esta crisis a "años de desinterés por parte tanto del Gobierno central como de la Xunta de Galicia", acusando a ambas administraciones de mantener un modelo "obsoleto, insuficiente y que deja a Galicia estructuralmente desprotegida". Según UCIN, se ha creado un "círculo vicioso" donde "el Estado no crea plazas porque la Xunta no exige una policía propia, y la Xunta no invierte porque la competencia formal sigue en manos del Estado".