Compartir un décimo de la Lotería de Navidad es una tradición tan arraigada como potencialmente conflictiva si la fortuna llama a la puerta. Con el sorteo a la vuelta de la esquina, conocer los mecanismos legales y las precauciones necesarias puede marcar la diferencia entre una alegría colectiva y un litigio entre familiares, amigos o compañeros de trabajo.

La norma fundamental es clara: el décimo es un documento al portador, por lo que quien lo tenga físicamente en su poder puede cobrar el premio. Esto convierte en esencial formalizar por escrito cualquier participación compartida. Los expertos recomiendan que la persona que custodia el billete entregue a cada participante una fotocopia firmada con su nombre y DNI, detallando el número, serie, fracción y la cantidad jugada por cada uno. Incluso un mensaje de WhatsApp puede servir como prueba, aunque su validez podría ser impugnada si se sospecha de manipulación.

En el ámbito conyugal, el régimen económico marca la pauta. Si el matrimonio es sociedad de gananciales, cualquier premio se reparte al 50%. Bajo un régimen de separación de bienes, el premio pertenece en principio a quien compró el billete, a menos que se demuestre un acuerdo de compra conjunta.

Ante una situación de pérdida o robo del décimo, el procedimiento es crítico. Se debe interponer denuncia inmediata ante la Policía Nacional o la Guardia Civil, aportando todos los datos posibles del billete (número, serie, fracción) y cualquier prueba como fotocopias. Esta denuncia, que también debe comunicarse por escrito a Loterías y Apuestas del Estado, permite paralizar el pago hasta que un juez determine su legítimo propietario.

A la hora del cobro, el proceso varía según la cuantía. Premios inferiores a 2.000 euros pueden cobrarse en cualquier administración, mientras que cantidades superiores exigen acudir a una entidad bancaria colaboradora. Si el décimo es compartido, es fundamental que todos los ganadores se identifiquen ante el banco para que la entidad pueda hacer el reparto directamente, evitando que un único receptor tenga que luego "donar" el dinero a los demás, con las implicaciones fiscales que eso conlleva.

La compra online, cada vez más habitual, ofrece seguridad pero sigue reglas específicas. El comprobante electrónico tiene validez legal plena. Para premios mayores de 2.000 euros comprados online, será necesario contactar con la administración donde está depositado el décimo físico para acreditar la identidad antes del cobro en banco.

En caso de que el billete sufra daños, por ejemplo al pasar por la lavadora, no debe intentarse recomponerlo. Se debe enviar a la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado o, en casos extremos, a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, para que determinen su autenticidad y la posibilidad de cobro.

La recomendación final de los expertos es simple pero crucial: guardar las fotocopias de los décimos, anverso y reverso, y dejar todo por escrito. En materia de suerte, la mejor precaución es no dejar nada al azar.