El compromiso con el mundo rural y la calidad de un servicio básico se materializó esta semana en O Porriño con la entrega de subvenciones por 175.000 euros a las comunidades de agua de las parroquias. El alcalde, Alejandro Lorenzo, y el concelleiro de Parroquias, Marcos Martínez, hicieron efectivas las ayudas a las 22 entidades vecinales beneficiarias de esta convocatoria anual, que ha duplicado su dotación desde 2021.

Esta línea de apoyo municipal, ya consolidada, busca garantizar un abastecemento seguro e de calidade en todo el término, financiando tanto el mantenimiento ordinario como inversiones en mejora de las infraestructuras. Las ayudas se dividen en dos partidas: 95.000 euros para mantemento (captaciones, depósitos, potabilización, reparación de redes y adaptación a protocolos sanitarios) y 80.000 euros para investimentos en obras en inmuebles de las propias comunidades.

"Estas axudas son fundamentais para que as comunidades de augas poidan garantir un abastecemento seguro, moderno e en boas condicións", afirmó el alcalde Alejandro Lorenzo durante el acto, poniendo en valor el esforzo organizativo e de xestión destas entidades veciñais. "Son un exemplo de organización e responsabilidade colectiva", añadió.

La evolución presupuestaria refleja la prioridad concedida a esta política. Tras asignar 82.479 euros en 2021 y 87.353 en 2022, la partida superou os 160.000 euros en 2023 y se ha estabilizado en los 175.000 euros para 2024 e 2025, mostrando un claro reforzo del apoyo institucional.

Entre las entidades beneficiarias se encuentran comunidades de auga de Monte y Folón, Iglesia y Outeiro, San Jorge, Chenlo, Torneiros, Atios, Mosteiro, Rozadas-Eiris y Vitureira, entre otras. Esta inyección económica directa permite a estas organizaciones locales abordar actuaciones urgentes y planificar mejoras sin depender exclusivamente de las cuotas de sus usuarios, fortaleciendo así la autoxestión comunitaria dun servizo esencial.

Con esta medida, el gobierno local reafirma su estrategia de colaboración directa co tecido asociativo rural, reconociendo su papel insustituible en la gestión del agua en las parroquias y asegurando la mejora continua de unas infraestructuras vitales para la calidad de vida y la fijación de población en el territorio.