El Gobierno gallego ha puesto sobre la mesa un paquete de ayudas directas para hacer frente a uno de los conflictos más recurrentes en el medio rural: los daños causados por la fauna silvestre. La Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático, ha convocado tres líneas de subvenciones por un importe global de 1,54 millones de euros para compensar pérdidas en cultivos y colmenas, y para mejorar los hábitats de caza.

La línea de mayor dotación, con 1.405.832 euros, está destinada a compensar los danos causados polo xabaril tanto en explotaciones agrarias profesionales como en terrenos de autoconsumo. El apoyo máximo por beneficiario se establece en 2.750 euros. Para poder acceder a esta ayuda, los daños deben haber sido comunicados previamente a través del teléfono 012 entre el 11 de octubre de 2025 e o 10 de outubro de 2026. El plazo de solicitud se abre este miércoles, siendo la vía electrónica la preferente.

Paralelamente, se ha publicado una segunda convocatoria específica para hacer frente a los ataques do oso pardo. Dotada con 135.000 euros para 2026, esta línea busca fomentar la coexistencia con esta especie en peligro de extinción, compensando económicamente a los titulares de colmenas, ganado o rollos de hierba perjudicados. Las indemnizaciones se calcularán según unos baremos establecidos en un anexo de la orden.

Completa el paquete una tercera línea de 270.000 euros dirigida aos Tecores (Terreos Cinexéticos Ordenados). Esta ayuda, dividida en dos sublíneas, financia actuaciones de mejora del hábitat –como rozas, trituración de matorral o siembra– con un límite de 10.000 euros por ayuda, y la construción de tobeiras artificiais (bebederos), con un máximo de 6.000 euros por subvención. El plazo de solicitud para esta convocatoria será de un mes a partir de mañana, exclusivamente por vía electrónica.

Este triple paquete de subvenciones refleja la estrategia de la administración autonómica para abordar el equilibrio entre a conservación da fauna e a actividade humana en el territorio, respondiendo a una demanda histórica del sector agroganadero mientras se promueve la gestión activa y sostenible de los espacios cinegéticos.