O Porriño
Desarticulan en O Porriño una red que explotaba a migrantes para reformar apartamentos turísticos
El bajo en O Porriño donde las víctimas trabajaban y estaban obligadas a vivir en condiciones infrahumanas
La Guardia Civil investiga a dos personas por trata de seres humanos y delitos laborales tras hallar a cuatro hombres viviendo en condiciones infrahumanas en la obra donde trabajaban 12 horas diarias sin cobrar.
La Guardia Civil ha destapado un caso de explotación laboral extrema con indicios de trata de seres humanos en el municipio de O Porriño. La investigación, abierta tras una denuncia el 17 de noviembre, se centra en un empresario de 56 años, vecino de Pozuelo de Alarcón (Madrid) y con antecedentes policiales, y en una mujer de 54 años, residente en Santiago de Compostela, investigada como colaboradora necesaria.
La trama salió a la luz cuando el Puesto Principal de la Guardia Civil de O Porriño recibió una denuncia que alertaba sobre varias personas de nacionalidad extranjera en situación irregular que trabajaban y vivían en condiciones deplorables en un bajo donde se reformaban apartamentos turísticos. El Equipo de Policía Judicial de Vigo tomó el caso e identificó a cuatro varones como víctimas.
Según su testimonio, los hombres residían en Madrid, donde fueron captados con la promesa de un pago de 80 euros diarios. El presunto responsable les pagó el billete de tren hasta O Porriño. Allí, según la investigación, era la mujer investigada quien los recogía y los llevaba a la obra, que también se convirtió en su vivienda. El lugar carecía de condiciones higiénicas básicas: sin baño, solo con un grifo, colchones y dos sofás.
La explotación se extendía a una jornada laboral maratoniana. Los trabajadores, que llevaban en esa situación desde agosto, trabajaban de 08:00 a 21:00 horas con solo una hora para comer. Peor aún: no habían recibido ningún pago por su trabajo, una situación que, declararon, los había llevado a pasar hasta cinco días sin comer.
La Guardia Civil procedió a investigar a la mujer el 27 de noviembre y al presunto cerebro de la operación el 2 de diciembre por delitos contra los derechos de los trabajadores y trata de seres humanos. Los hechos han sido puestos en conocimiento de la Delegación Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Pontevedra.
La investigación permanece abierta y las diligencias serán remitidas al Juzgado de Instrucción de guardia de O Porriño. El caso evidencia la vulnerabilidad de los migrantes en situación irregular y cómo redes organizadas los utilizan para lucrarse, en este caso, en el lucrativo sector de la reforma para el turismo.
El bajo en O Porriño donde las víctimas trabajaban y estaban obligadas a vivir en condiciones infrahumanasLa Guardia Civil ha destapado un caso de explotación laboral extrema con indicios de trata de seres humanos en el municipio de O Porriño. La investigación, abierta tras una denuncia el 17 de noviembre, se centra en un empresario de 56 años, vecino de Pozuelo de Alarcón (Madrid) y con antecedentes policiales, y en una mujer de 54 años, residente en Santiago de Compostela, investigada como colaboradora necesaria.
La trama salió a la luz cuando el Puesto Principal de la Guardia Civil de O Porriño recibió una denuncia que alertaba sobre varias personas de nacionalidad extranjera en situación irregular que trabajaban y vivían en condiciones deplorables en un bajo donde se reformaban apartamentos turísticos. El Equipo de Policía Judicial de Vigo tomó el caso e identificó a cuatro varones como víctimas.
Según su testimonio, los hombres residían en Madrid, donde fueron captados con la promesa de un pago de 80 euros diarios. El presunto responsable les pagó el billete de tren hasta O Porriño. Allí, según la investigación, era la mujer investigada quien los recogía y los llevaba a la obra, que también se convirtió en su vivienda. El lugar carecía de condiciones higiénicas básicas: sin baño, solo con un grifo, colchones y dos sofás.
La explotación se extendía a una jornada laboral maratoniana. Los trabajadores, que llevaban en esa situación desde agosto, trabajaban de 08:00 a 21:00 horas con solo una hora para comer. Peor aún: no habían recibido ningún pago por su trabajo, una situación que, declararon, los había llevado a pasar hasta cinco días sin comer.
La Guardia Civil procedió a investigar a la mujer el 27 de noviembre y al presunto cerebro de la operación el 2 de diciembre por delitos contra los derechos de los trabajadores y trata de seres humanos. Los hechos han sido puestos en conocimiento de la Delegación Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Pontevedra.
La investigación permanece abierta y las diligencias serán remitidas al Juzgado de Instrucción de guardia de O Porriño. El caso evidencia la vulnerabilidad de los migrantes en situación irregular y cómo redes organizadas los utilizan para lucrarse, en este caso, en el lucrativo sector de la reforma para el turismo.



























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