Galicia ha dado un paso decisivo para convertirse en un laboratorio de acción climática con herramientas económicas propias. La Xunta convocó esta semana a una amplia representación del tecido produtivo, científico e profesional para presentar las oportunidades que abrirá la futura Lei do clima y, especialmente, el primeiro mercado voluntario de créditos de carbono de la comunidad, que empezará a operar en 2026 con una inversión de 6,8 millóns de euros.

La directora xeral de Enerxías Renovables e Cambio Climático, Paula Uría, presidió en la EGAP un encuentro con colegios oficiales (biólogos, ingenieros forestales, agrónomos, industriales) y clústeres estratégicos para trasladar el potencial transformador de ambas iniciativas. Uría destacó que la ley, actualmente en tramitación parlamentaria, tiene como reto principal dotar a Galicia de instrumentos para alcanzar la neutralidade climática en 2040, una década antes del plazo fijado por la UE.

"O camiño cara á descarbonización ofrece grandes oportunidades para modernizar a economía, fortalecer a competitividade e protexer o territorio", afirmó la responsable, subrayando que Galicia quiere seguir siendo un referente en acción climática. Como ejemplo concreto, se refirió al mercado de carbono, una plataforma que permitirá a empresas, entidades e cidadáns compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero mediante la compra de créditos generados por proyectos gallegos que eviten o capturen CO₂.

Para asegurar el éxito de este instrumento, el Gobierno gallego ha lanzado una consulta pública aberta –que permanecerá abierta hasta el 12 de decembro– con el objetivo de identificar los sectores prioritarios e estratéxicos y recabar ideas del tejivo productivo. Uría animó a todos los agentes a participar, ya que sus aportaciones serán tenidas en cuenta para optimizar o sistema antes de su puesta en marcha.

El mercado se apoyará en una plataforma electrónica integral –actualmente en licitación– que garantizará la trazabilidade, verificabilidade e seguridade de las transacciones, dotando así de credibilidad y confianza al mecanismo.

Con esta doble apuesta –marco legal y herramienta económica–, la Xunta busca no solo acelerar la descarbonización, sino también catalizar investimentos verdes, generar nuevas oportunidades de negocio en el ámbito de la economía baja en carbono y posicionar a Galicia como un territorio innovador na gobernanza climática. El mensaje a las empresas es claro: la transición ecológica no es solo una obligación, sino también una oportunidade de modernización e liderado.