Mos
San Rafael teje su propio árbol de Navidad con 5 metros de ganchillo y espíritu vecinal
Las mujeres de la parroquia mosense crean de forma colaborativa un abeto navideño único, cubierto con cientos de cuadrados de lana hechos a mano, que ya es el nuevo símbolo de la urbanización.
La urbanización de San Rafael, en Mos, luce este año una decoración navideña extraordinaria y llena de calor comunitario. En el corazón de la parroquia se alza un abeto de cinco metros de altura, cuya singularidad radica en que su cubierta no es de plástico o espuma, sino de una extensa manta de lana hecha a ganchillo, punto por punto, por las propias vecinas.
El proyecto, que transforma una manualidad tradicional en una intervención artística a gran escala, nació de la idea de una residente, Bely, y rápidamente cosechó el entusiasmo y la colaboración de otras mujeres de San Rafael. Con el apoyo logístico de la asociación vecinal, que facilitó un local, y mediante el boca a boca y circulares en los buzones, la iniciativa se consolidó como un esfuerzo colectivo. La división de tareas fue clara: unas aportaron sus habilidades con el ganchillo, mientras que otras vecinas y vecinos realizaron donaciones para sufragar la compra de materiales.
La dimensión del trabajo manual es asombrosa. Para revestir la estructura del árbol fueron necesarios aproximadamente 950 cuadrados de ganchillo, confeccionados con más de 200 madejas de lana. Una parte significativa del material fue donado por los propios habitantes de San Rafael, que contribuyeron desinteresadamente con lana sobrante de sus hogares.
El conjunto navideño no se detiene en el árbol. El ambiente festivo se completa con otros adornos artesanales que siguen la misma línea, como paquetes de regalos, bastones decorativos, muñecos de nieve y un tren de agasallos que combina madera y labor textil, creando un paisaje navideño coherente y con un sello indiscutiblemente local.
La alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, que asistió al encendido de la instalación junto con el concejal Leo Cos, destacó el valor comunitario del proyecto. “Proxectos como este son un reflexo do mellor da nosa xente: a creatividade, a solidariedade e a unión veciñal”, afirmó. “En San Rafael volveron demostrar que cando se traballa xuntos, Mos brilla con luz propia”.
La arbolada de ganchillo de San Rafael se ha convertido así en mucho más que una decoración. Es un testimonio tangible de la capacidad de organización vecinal, la creatividad compartida y el deseo de construir, entre todos, un entorno más acogedor y con identidad propia durante las fiestas.

La urbanización de San Rafael, en Mos, luce este año una decoración navideña extraordinaria y llena de calor comunitario. En el corazón de la parroquia se alza un abeto de cinco metros de altura, cuya singularidad radica en que su cubierta no es de plástico o espuma, sino de una extensa manta de lana hecha a ganchillo, punto por punto, por las propias vecinas.
El proyecto, que transforma una manualidad tradicional en una intervención artística a gran escala, nació de la idea de una residente, Bely, y rápidamente cosechó el entusiasmo y la colaboración de otras mujeres de San Rafael. Con el apoyo logístico de la asociación vecinal, que facilitó un local, y mediante el boca a boca y circulares en los buzones, la iniciativa se consolidó como un esfuerzo colectivo. La división de tareas fue clara: unas aportaron sus habilidades con el ganchillo, mientras que otras vecinas y vecinos realizaron donaciones para sufragar la compra de materiales.
La dimensión del trabajo manual es asombrosa. Para revestir la estructura del árbol fueron necesarios aproximadamente 950 cuadrados de ganchillo, confeccionados con más de 200 madejas de lana. Una parte significativa del material fue donado por los propios habitantes de San Rafael, que contribuyeron desinteresadamente con lana sobrante de sus hogares.
El conjunto navideño no se detiene en el árbol. El ambiente festivo se completa con otros adornos artesanales que siguen la misma línea, como paquetes de regalos, bastones decorativos, muñecos de nieve y un tren de agasallos que combina madera y labor textil, creando un paisaje navideño coherente y con un sello indiscutiblemente local.
La alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, que asistió al encendido de la instalación junto con el concejal Leo Cos, destacó el valor comunitario del proyecto. “Proxectos como este son un reflexo do mellor da nosa xente: a creatividade, a solidariedade e a unión veciñal”, afirmó. “En San Rafael volveron demostrar que cando se traballa xuntos, Mos brilla con luz propia”.
La arbolada de ganchillo de San Rafael se ha convertido así en mucho más que una decoración. Es un testimonio tangible de la capacidad de organización vecinal, la creatividad compartida y el deseo de construir, entre todos, un entorno más acogedor y con identidad propia durante las fiestas.





























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