Ponteareas convirtió esta semana la camelia en el centro de un evento que demostró que su valor supera con creces su belleza ornamental. La localidad acogió una exposición que reunió a cerca de treinta profesionales del sector, catas comentadas y talleres especializados, en una cita que destacó la profunda conexión de esta flor con luchas sociales históricas a escala global.

El acto de inauguración contó con la presencia de la alcaldesa, Nava Castro, el diputado de Acción Comunitaria, Javier Tourís, y la presidenta de la Sociedad Española de la Camelia, Carmen Salinero. En su intervención, Castro enmarcó la flor como un activo turístico y patrimonial clave para Galicia: “Gracias a ella, villas y ciudades gallegas viven cada invierno una auténtica explosión de belleza, contribuyendo al embellecimiento de nuestras calles y a la creación de un atractivo turístico que atrae a miles de visitantes”.

La jornada del sábado combinó divulgación, comercio y cultura. Además de los numerosos stands, se sucedieron una charla-cata de té y un taller especializado, ambos con una notable afluencia de público. La parte lúdica corrió a cargo de las pandeiteiras Sadeo. El programa incluyó también la entrega de premios del concurso de relatos, que galardonó a Anxo Fernández Carrera (primer premio), Martín de León González (segundo) y Xabi Barros Rodríguez (tercero).

Para el domingo, la organización mantuvo abierta la muestra. La clausura, prevista a partir de las 17:00 horas, dependía de las condiciones meteorológicas para contar con la actuación de la Rondalla Santa Eulalia de Atios.

El evento sirvió para recordar el potente simbolismo histórico que carga la camelia. Los organizadores destacaron su papel en hitos como el movimiento sufragista de Nueva Zelanda en 1893, donde la camelia blanca se convirtió en emblema de la lucha liderada por Kate Sheppard, dando nombre incluso a una variedad.

De forma paralela, en Brasil esta flor fue adoptada como símbolo del movimiento abolicionista. Estas referencias globales contextualizan la camelia gallega, arraigada en pazos y en la famosa Ruta de las Camelias, como un testimonio botánico de luchas universales por la libertad y la justicia.

La exposición de Ponteareas reafirma así el estatus de la camelia como un patrimonio cultural vivo, consolidando el invierno gallego como una cita ineludible para los interesados en la botánica, la historia y la cultura.