Las obras de humanización de la calle San Roque en Vigo han entrado en una fase técnica crucial con la retirada de placas de fibrocemento, un material que en su composición histórica contenía amianto. Esta operación, obligatoria por motivos de salud pública y medioambiental, es un requisito previo para continuar con la transformación urbanística del tramo entre Gregorio Espino y Reiseñor, según explicó el alcalde, Abel Caballero.

El consistorio avanza así en una actuación con un presupuesto de casi 2 millones de euros y un plazo de diez meses, que dará por finalizada la humanización completa de la vía, con una inversión total que ronda los 3,3 millones. Tras la retirada segura de este material, se procederá a la creación de una nueva plaza en la confluencia con la calle Couto de San Honorato, que incluirá una zona de graderío alrededor de un espacio verde.

El fibrocemento con amianto, muy utilizado en construcciones del siglo XX por su durabilidad y bajo coste, está prohibido en la Unión Europea debido al grave riesgo que supone para la salud. La inhalación de sus fibras puede causar enfermedades respiratorias graves y cáncer, por lo que su manipulación y eliminación deben realizarse bajo estrictos protocolos de seguridad.

El proyecto de San Roque no solo busca mejorar la estética y el espacio peatonal, sino también renovar y sanear las infraestructuras existentes. Además de la eliminación del material peligroso, la obra incluirá la ampliación de aceras, el mantenimiento de un sentido único de circulación, la reserva de aparcamiento, la renovación de redes de servicios y la instalación de nuevo mobiliario urbano y riego automático.

Con esta intervención, el Ayuntamiento de Vigo culmina un proceso de reforma integral de la calle, priorizando la seguridad ciudadana y la modernización del entorno, tras haber gestionado previamente la retirada de un componente constructivo obsoleto y potencialmente nocivo.