Día Domingo, 21 de Diciembre de 2025
ACTUALIDAD
Cómo escribir la carta a los Reyes: cinco claves para regalar más que juguetes
La Navidad no es solo un momento de recibir |Image licensed by © Ingram Image
Expertos en desarrollo infantil recomiendan priorizar experiencias, juegos en grupo y regalos que fomenten la autonomía y la creatividad, frente al consumo impulsivo.
La tradicional carta a los Reyes Magos puede ser mucho más que una lista de juguetes. En un contexto navideño marcado por el consumo y la saturación de estímulos, expertos en desarrollo infantil proponen aprovechar esta costumbre para fomentar valores, aprendizaje y vínculos familiares. Yvonne González, responsable del Departamento de Orientación de Highlands School, advierte que “la Navidad no es solo un momento de recibir; es una oportunidad para reforzar habilidades, valores y vínculos que acompañarán a los niños durante todo el año”.
La primera pauta consiste en poner en valor lo que ya se tiene. “Valorar lo que se tiene refuerza la gratitud, la autoestima y la capacidad de cuidar”, explica González. Los niños que desarrollan esta conciencia suelen mostrar mayor resiliencia, menos impulsividad y una satisfacción emocional más sólida.
En segundo lugar, los especialistas recomiendan potenciar los juegos en grupo. Actividades como juegos de mesa, construcciones colaborativas o retos creativos en equipo fomentan de manera natural la cooperación, la empatía y la comunicación. “Este tipo de actividades enseñan a compartir y a trabajar en grupo”, señala la orientadora.
La tercera recomendación es valorar las experiencias por encima de los objetos. Excursiones, talleres o actividades culturales generan recuerdos duraderos y enseñan a relacionarse y explorar. Estudios recientes indican que los niños obtienen más bienestar de las experiencias compartidas que de los juguetes tradicionales, ya que estas potencian habilidades sociales, cognitivas y emocionales.
Fomentar la autonomía y la responsabilidad es el cuarto consejo. Regalos que implican cuidado o seguimiento, como un pequeño jardín, kits de experimentos o juegos de cocina, ayudan a los niños a organizarse, asumir responsabilidades y valorar sus logros. “Cuando un niño cuida algo o sigue un proyecto, aprende disciplina, constancia y a poner atención en los detalles”, destaca González.
Por último, es fundamental aprender mientras se juega. Materiales que estimulan la creatividad, la resolución de problemas y la imaginación –como libros interactivos, puzzles, marionetas o juegos de construcción– permiten desarrollar habilidades cognitivas sin que el niño sienta que “está estudiando”. Esta combinación potencia la motivación intrínseca y la curiosidad natural.
“Si logramos que los niños comprendan que cada regalo puede enseñarles algo, habremos dado un paso enorme hacia una infancia más consciente y equilibrada”, concluye la experta. Con estas pautas, la Navidad trasciende el mero intercambio de objetos para convertirse en una oportunidad educativa y de crecimiento familiar.
La Navidad no es solo un momento de recibir |Image licensed by © Ingram ImageLa tradicional carta a los Reyes Magos puede ser mucho más que una lista de juguetes. En un contexto navideño marcado por el consumo y la saturación de estímulos, expertos en desarrollo infantil proponen aprovechar esta costumbre para fomentar valores, aprendizaje y vínculos familiares. Yvonne González, responsable del Departamento de Orientación de Highlands School, advierte que “la Navidad no es solo un momento de recibir; es una oportunidad para reforzar habilidades, valores y vínculos que acompañarán a los niños durante todo el año”.
La primera pauta consiste en poner en valor lo que ya se tiene. “Valorar lo que se tiene refuerza la gratitud, la autoestima y la capacidad de cuidar”, explica González. Los niños que desarrollan esta conciencia suelen mostrar mayor resiliencia, menos impulsividad y una satisfacción emocional más sólida.
En segundo lugar, los especialistas recomiendan potenciar los juegos en grupo. Actividades como juegos de mesa, construcciones colaborativas o retos creativos en equipo fomentan de manera natural la cooperación, la empatía y la comunicación. “Este tipo de actividades enseñan a compartir y a trabajar en grupo”, señala la orientadora.
La tercera recomendación es valorar las experiencias por encima de los objetos. Excursiones, talleres o actividades culturales generan recuerdos duraderos y enseñan a relacionarse y explorar. Estudios recientes indican que los niños obtienen más bienestar de las experiencias compartidas que de los juguetes tradicionales, ya que estas potencian habilidades sociales, cognitivas y emocionales.
Fomentar la autonomía y la responsabilidad es el cuarto consejo. Regalos que implican cuidado o seguimiento, como un pequeño jardín, kits de experimentos o juegos de cocina, ayudan a los niños a organizarse, asumir responsabilidades y valorar sus logros. “Cuando un niño cuida algo o sigue un proyecto, aprende disciplina, constancia y a poner atención en los detalles”, destaca González.
Por último, es fundamental aprender mientras se juega. Materiales que estimulan la creatividad, la resolución de problemas y la imaginación –como libros interactivos, puzzles, marionetas o juegos de construcción– permiten desarrollar habilidades cognitivas sin que el niño sienta que “está estudiando”. Esta combinación potencia la motivación intrínseca y la curiosidad natural.
“Si logramos que los niños comprendan que cada regalo puede enseñarles algo, habremos dado un paso enorme hacia una infancia más consciente y equilibrada”, concluye la experta. Con estas pautas, la Navidad trasciende el mero intercambio de objetos para convertirse en una oportunidad educativa y de crecimiento familiar.














Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.103