El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, protagonizó este viernes un acto cargado de simbolismo en Ferrol: el inicio del derribo del muro que separa la ciudad de su ría. Durante el arranque de las obras de la segunda fase del proyecto 'Abrir Ferrol ao Mar', Rueda calificó la actuación de "histórica y simbólica", subrayando que supone "derribar una frontera tanto física como mental".

Acompañado por la conselleira de Vivenda e Planificación de Infraestruturas, María Martínez Allegue, el líder del Ejecutivo gallego reivindicó el compromiso de la Xunta con la transformación de Ferrol a través de "una nueva fachada marítima más amable y conectada". Se trata, según afirmó, de una "demanda histórica" de la ciudadanía que permitirá que la urbe "recupere y transforme su fachada marítima", abriéndose al mar "pero sobre todo a su futuro".

Esta segunda fase extiende la intervención, tras los trabajos realizados en Curuxeiras, a los barrios de A Magdalena, Esteiro y Caranza. La obra, con una inversión conjunta de 11 millones de euros cofinanciados por la Xunta y el Concello de Ferrol, actuará sobre 3 kilómetros de costa. Los objetivos son ambiciosos: reordenar el tráfico rodado, prolongar carriles bici y sendas peatonales, aumentar las plazas de aparcamiento y garantizar una continuidad estética en todo el borde litoral.

Rueda ensalzó la colaboración entre administraciones, agradeciendo la disposición tanto del Ayuntamiento como del Ministerio de Defensa. La meta final, tal y como apuntó, es lograr una ciudad "más amable, más conectada", que se transforme para "seguir ganando calidad de vida" y que "no viva de espaldas a su mayor activo", sin perder sus raíces como símbolo cultural y económico.