Una crisis silenciosa recorre la profesión veterinaria en España. Un estudio impulsado por la marca Gosbi, junto a la empresa de datos Dynata, revela que el 11,8% de los veterinarios ha tenido pensamientos suicidas o de autolesión directamente relacionados con su trabajo en el último año. Este dato contrasta con el 2,2% de la población general que reconoce estas ideas, lo que sitúa el riesgo entre los veterinarios 4,5 veces por encima de la media. La situación es especialmente alarmante entre los profesionales más jóvenes, ya que el 67% de quienes han tenido estos pensamientos son menores de 44 años.

El informe, presentado recientemente, dibuja un panorama de malestar generalizado. Más del 90% de los veterinarios ha experimentado ansiedad relacionada con su trabajo, casi la mitad de forma frecuente o bajo tratamiento. El 85% ha sufrido insomnio y seis de cada diez han tenido síntomas vinculados a la depresión. Además, uno de cada tres ha necesitado apoyo psicológico profesional en algún momento.

La presión regulatoria emerge como un factor clave de este estrés. La aplicación del Real Decreto 666/2023, que regula la prescripción y dispensación de medicamentos veterinarios, es considerada injusta y perjudicial para la práctica clínica por casi tres de cada cuatro profesionales (73,2%). Muchos denuncian que esta normativa "ata de pies y manos" en tratamientos urgentes y "ningunea" su formación.

El desgaste emocional es casi universal: el 94% lo ha sufrido y más de la mitad lo experimenta de forma recurrente. La desconexión del trabajo es una quimera para el 77%, y seis de cada diez no logran conciliar su vida laboral con la familiar. La motivación también se resiente, ya que ocho de cada diez reconocen haberla perdido.

Isaac Parés, fundador y CEO de Gosbi, señaló que "los datos confirman una realidad que no podemos seguir ignorando: el bienestar de muchos profesionales veterinarios que cuidan de nuestros peludos está seriamente comprometido". Desde la compañía han impulsado una campaña de recogida de firmas para apoyar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que busca modificar la normativa y devolver a los veterinarios la libertad de prescripción. La movilización puede seguirse a través de la web veterinariaenriesgo.com.