A poco más de un mes del cierre del plazo de solicitudes, la mayor parte de las ayudas europeas destinadas a rehabilitar viviendas en O Porriño corre el riesgo de no ejecutarse. A pesar de que aún hay disponibles más de 328.000 euros para los vecinos de Torneiros, la baja participación y la retirada de una adjudicación dibujan un escenario de gestión compleja y resultados modestos.

La convocatoria, dotada con fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, maneja un presupuesto cercano al millón de euros. Sin embargo, el ritmo de ejecución es lento: hasta la fecha solo se han materializado tres actuaciones concretas, que han absorbido el 62.38% del presupuesto (544.260,03 €). La situación se ha complicado después de que una comunidad de propietarios rechazara un cuarto decreto de adjudicación, según han confirmado a Xornal21.es fuentes próximas al proceso, un revés que podría apuntar a deficiencias en la información o en las condiciones ofrecidas.

Este rechazo ha aumentado la cantidad de dinero disponible, pero también pone de manifiesto un desajuste evidente entre la oferta del Concello y la demanda real de los vecinos. La oportunidad para acceder a estas subvenciones se agota con rapidez, dado que el plazo para solicitarlas termina el 31 de enero de 2026, un margen excesivamente ajustado para trámites que requieren proyectos técnicos y consensos vecinales.

El alcalde, Alejandro Lorenzo, ha intentado lanzar un mensaje de impulso a la convocatoria. "Aínda hai unha cantidade moi importante de fondos dispoñables e queremos que cheguen directamente á veciñanza", declaró, asegurando que el Concello brinda asesoramiento. Sin embargo, las cifras actuales cuestionan la eficacia de la estrategia de difusión y apoyo municipal, sobre todo cuando el propio regidor ha reconocido públicamente la meta de aprovechar "o 100 % dos fondos dispoñables".

De forma paralela a las ayudas directas, el Concello planea invertir otros 102.000 euros en la mejora del entorno de Torneiros. No obstante, la ralentización del programa principal de rehabilitación amenaza con restar impacto a esta intervención integral, concebida para revitalizar la zona.

El desenlace actual plantea serias dudas sobre la capacidad del gobierno local para movilizar a la ciudadanía en un plazo tan reducido. La incógnita ahora es si los más de 300.000 euros restantes encontrarán destinatarios a tiempo o si, por el contrario, unos fondos cruciales para modernizar el parque de viviendas acabarán devolviéndose a Bruselas por falta de interés o de proyectos viables.