El sector de la construcción afronta 2026 inmerso en una profunda transformación, impulsada por la necesidad de combinar crecimiento económico con sostenibilidad, eficiencia y respuesta a la crisis de vivienda. Según un análisis de Sto Ibérica, especialista en sistemas de aislamiento y construcción, el próximo año estará marcado por la consolidación de modelos más racionales, donde la calidad, la digitalización y el ahorro energético serán factores decisivos.

La industria parte de una base de actividad sólida. España cerró el primer semestre de 2025 con casi 1,5 millones de personas empleadas en construcción, un 4,3% más que en 2024, según la EPA. Entre enero y septiembre se concedieron más de 100.300 visados para vivienda nueva, un 5,6% más que en el mismo periodo del año anterior. No obstante, persisten retos estructurales, como la escasez de vivienda asequible y un ritmo de rehabilitación todavía insuficiente para cumplir los objetivos públicos.

Frente a este escenario, los expertos de Sto Ibérica han identificado las diez tendencias que definirán la evolución del sector durante el próximo año.

El sector mantendrá un crecimiento sólido, con previsiones del 3,6% para 2026, por encima de la media europea, según datos del Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña. Esta expansión irá acompañada de un fuerte impulso a la rehabilitación energética, especialmente crucial ante la finalización en 2026 de las ayudas de los fondos Next Generation EU.

La construcción industrializada se consolida como fórmula para ganar eficiencia, reducir hasta un 30% las emisiones de CO₂ y optimizar plazos. Paralelamente, la Inteligencia Artificial se integra en la gestión de proyectos, mejorando la planificación, el control de costes y la minimización de desperdicios.

La formación especializada se erige en palestra clave para garantizar la correcta aplicación de sistemas constructivos cada vez más complejos. En el ámbito de los materiales, vuelven a cobrar protagonismo soluciones como el SATE con lana de roca –que combina aislamiento y resistencia al fuego– y los revocos con estética natural, que apuestan por acabados atemporales y de baja huella ambiental.

El acondicionamiento acústico gana peso desde la fase de diseño, priorizando el confort sonoro mediante techos y revestimientos especializados. En interiorismo, se consolida la tendencia hacia espacios que priorizan el bienestar y los materiales sostenibles, integrando elementos naturales, luz y vegetación bajo conceptos como el diseño biocéntrico. Las formas orgánicas y las curvas escultóricas sustituyen progresivamente a las líneas rígidas, buscando crear ambientes más envolventes y armónicos.

En conjunto, estas tendencias reflejan una industria en transición hacia un modelo más eficiente, digitalizado y centrado en las personas, donde la calidad y la sostenibilidad dejan de ser opciones para convertirse en exigencias de mercado.