Mos
Mos impulsa la protección máxima para su patrimonio: rondallas, pazo e iglesia románica
El pleno aprueba por unanimidad pedir a la Xunta la declaración como BIC de tres emblemáticos bienes, en una apuesta integral por la salvaguarda cultural.
El municipio de Mos ha dado un paso firme en la protección de su legado. El pleno municipal aprobó por unanimidad esta semana instar a la Xunta de Galicia a iniciar los trámites para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) tres pilares de su identidad: las rondallas (como patrimonio inmaterial), el Pazo de Mos y la Igrexa románica de Santa María de Guizán.
La iniciativa, que originalmente se centraba en las rondallas a propuesta del Partido Popular, se amplió con una moción del BNG para incluir los dos emblemáticos inmuebles. Con ello, se busca subsanar lo que la formación nacionalista considera una anomalía: actualmente, la única figura con la máxima protección en el concello es la mámoa de San Colmado.
"Non abonda con presumir do patrimonio, hai que coidalo e poñelo en valor con todas as ferramentas ao noso alcance", declaró el portavoz del BNG, Gustavo Barcia. Según el grupo municipal, ambos edificios reúnen sobradamente los valores necesarios para la declaración BIC: la iglesia, del siglo XII con posibles restos visigóticos, y el pazo, singular por su arquitectura e historia.
La solicitud para las rondallas se alinea con el reciente reconocimiento de la Xunta al folclore gallego como BIC inmaterial. El acuerdo plenario pretende que este paraguas protector se extienda expresamente a estas formaciones, eje central de las fiestas en la comarca, y pide líneas de apoyo estables para su conservación y difusión.
Respecto a los bienes inmuebles, el portavoz del BNG recordó que la declaración BIC, además de conllevar obligaciones de conservación, "abre a porta ao acceso a axudas e recursos públicos" para rehabilitación. La moción también incluye una petición para que el gobierno local elabore un catálogo exhaustivo de todos los elementos susceptibles de ser protegidos, sentando las bases para una estrategia patrimonial integral.
Desde el Concello de Mos se valora este conjunto de acuerdos como un avance significativo en la defensa del patrimonio, que dotaría de un reconocimiento formal y medidas de salvaguarda a bienes cruciales para la identidad local, asegurando su continuidad para el futuro.
La declaración BIC, un arma de doble filo
Para la Igrexa de Guizán y el Pazo de Mos, la máxima protección patrimonial conlleva una severa limitación del derecho a la propiedad y a modificar los inmuebles. Cualquier intervención, por pequeña que sea (desde reparar una ventana hasta cambiar el color de una fachada), quedará sujeta a autorizaciones administrativas complejas y largas, pudiendo generar costes y plazos muy superiores a los de una obra convencional. Además, se establecerá un contorno de protección alrededor de los bienes que podría paralizar o condicionar gravemente cualquier proyecto urbanístico o actividad económica en las propiedades colindantes.
El impacto económico y social en el entorno inmediato puede ser negativo. La prohibición expresa de instalar publicidad comercial, antenas o cables visibles afectará directamente a negocios locales y a la comodidad de los vecinos, que verán mermadas sus opciones de desarrollo o modernización. La creación de una zona de amortiguamiento restringe nuevos usos del suelo, pudiendo devaluar el valor de los terrenos aledaños y limitando oportunidades de negocio o mejora de viviendas, lo que podría generar un malestar significativo en la comunidad local.
La carga de la conservación recae sobre los propietarios, con un futuro financiero incierto. Aunque la declaración abre la puerta a subvenciones, estas no están garantizadas y suelen cubrir solo una parte de las costosas intervenciones que un BIC requiere. Los propietarios, ya sean instituciones públicas o privados, se enfrentan a la obligación legal de mantener el bien en un estado óptimo, asumiendo una responsabilidad económica perpetua y potencialmente ruionosa. Este estatus, por tanto, no solo protege el patrimonio, sino que puede convertirlo en una losca difícil de sostener para quienes tienen a su cargo su mantenimiento diario.
El municipio de Mos ha dado un paso firme en la protección de su legado. El pleno municipal aprobó por unanimidad esta semana instar a la Xunta de Galicia a iniciar los trámites para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) tres pilares de su identidad: las rondallas (como patrimonio inmaterial), el Pazo de Mos y la Igrexa románica de Santa María de Guizán.
La iniciativa, que originalmente se centraba en las rondallas a propuesta del Partido Popular, se amplió con una moción del BNG para incluir los dos emblemáticos inmuebles. Con ello, se busca subsanar lo que la formación nacionalista considera una anomalía: actualmente, la única figura con la máxima protección en el concello es la mámoa de San Colmado.
"Non abonda con presumir do patrimonio, hai que coidalo e poñelo en valor con todas as ferramentas ao noso alcance", declaró el portavoz del BNG, Gustavo Barcia. Según el grupo municipal, ambos edificios reúnen sobradamente los valores necesarios para la declaración BIC: la iglesia, del siglo XII con posibles restos visigóticos, y el pazo, singular por su arquitectura e historia.
La solicitud para las rondallas se alinea con el reciente reconocimiento de la Xunta al folclore gallego como BIC inmaterial. El acuerdo plenario pretende que este paraguas protector se extienda expresamente a estas formaciones, eje central de las fiestas en la comarca, y pide líneas de apoyo estables para su conservación y difusión.
Respecto a los bienes inmuebles, el portavoz del BNG recordó que la declaración BIC, además de conllevar obligaciones de conservación, "abre a porta ao acceso a axudas e recursos públicos" para rehabilitación. La moción también incluye una petición para que el gobierno local elabore un catálogo exhaustivo de todos los elementos susceptibles de ser protegidos, sentando las bases para una estrategia patrimonial integral.
Desde el Concello de Mos se valora este conjunto de acuerdos como un avance significativo en la defensa del patrimonio, que dotaría de un reconocimiento formal y medidas de salvaguarda a bienes cruciales para la identidad local, asegurando su continuidad para el futuro.
La declaración BIC, un arma de doble filo
Para la Igrexa de Guizán y el Pazo de Mos, la máxima protección patrimonial conlleva una severa limitación del derecho a la propiedad y a modificar los inmuebles. Cualquier intervención, por pequeña que sea (desde reparar una ventana hasta cambiar el color de una fachada), quedará sujeta a autorizaciones administrativas complejas y largas, pudiendo generar costes y plazos muy superiores a los de una obra convencional. Además, se establecerá un contorno de protección alrededor de los bienes que podría paralizar o condicionar gravemente cualquier proyecto urbanístico o actividad económica en las propiedades colindantes.
El impacto económico y social en el entorno inmediato puede ser negativo. La prohibición expresa de instalar publicidad comercial, antenas o cables visibles afectará directamente a negocios locales y a la comodidad de los vecinos, que verán mermadas sus opciones de desarrollo o modernización. La creación de una zona de amortiguamiento restringe nuevos usos del suelo, pudiendo devaluar el valor de los terrenos aledaños y limitando oportunidades de negocio o mejora de viviendas, lo que podría generar un malestar significativo en la comunidad local.
La carga de la conservación recae sobre los propietarios, con un futuro financiero incierto. Aunque la declaración abre la puerta a subvenciones, estas no están garantizadas y suelen cubrir solo una parte de las costosas intervenciones que un BIC requiere. Los propietarios, ya sean instituciones públicas o privados, se enfrentan a la obligación legal de mantener el bien en un estado óptimo, asumiendo una responsabilidad económica perpetua y potencialmente ruionosa. Este estatus, por tanto, no solo protege el patrimonio, sino que puede convertirlo en una losca difícil de sostener para quienes tienen a su cargo su mantenimiento diario.
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